Cómo conservar embutidos CAUS

Con este calor, el único que viene de gusto es comer bien y sin mucha preparación. Preparar pan con tomate y embutidos CAUS es una de las opciones preferidas para todas las edades, pero, con el calor, ¿cómo podemos conservar embutidos CAUS en buen estado?

A CAUS elaboramos los embutidos siguiendo la receta centenaria familiar, siguiendo un proceso largo y cuidadoso para conseguir ese sabor salado tan delicioso que a todos nos hace caer la baba. Al tener esta elaboración tan específica y delicada, la conservación de los embutidos es la clave y tenemos que procurar seguir los consejos recomendados por el productor para evitar que se echen a perder. Hoy os explicaremos algunas recomendaciones de cómo conservar embutidos CAUS en perfectas condiciones durante mucho tiempo, sin que pierdan su sabor inicial.

Cuando el producto llega a casa, lo primero que tenemos que hacer es dejarlo colgado sin sacarle el envoltorio. Sobre todo los embutidos curados (longaniza, fuet, secallona, cabeza de lomo...) se recomienda guardarlos en un lugar fresco entre 15 y 20°, sin humedad, muy ventilado y si puede ser oscuro, mejor. Una despensa es el lugar ideal para evitar que salgan mohos. Se tiene que tener en cuenta que durante el proceso de curación ha sido sometido de forma natural a fermentaciones. Nosotros decimos que nuestros embutidos CAUS son organismos vivos y reaccionan a las condiciones ambientales a las cuales están expuestos.

Una vez abiertos, no es recomendable guardarlos en la nevera, a pesar de ser un lugar fresco, es muy húmedo y el embutido podría absorber la humedad y ablandarse. No aconsejamos envolverlo con plástico, ni guardarlo dentro de un tupper, puesto que el embutido necesita que se renueve el aire, si no la flora podría proliferar en exceso y darle un mal gusto. Tampoco sería idóneo guardar los embutidos cortados en la nevera porque tienden a aumentar el gusto salado y, por lo tanto, pierden su sabor y textura originales.

En cambio, los embutidos cocidos (bull blanco, pechuga de pavo, butifarra cocida, pan de hígado...) sí que se recomienda preservarlos en la nevera una vez empezados, a una temperatura entre 3 y 6°. Estos embutidos no pierden el gusto y aroma si mantenemos siempre la cadena de conservación en frío.

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