A finales del s.XIX, en los territorios alejados de las grandes ciudades, como la comarca del Berguedà, se encontró un atractivo empresarial para ubicar industrias textiles. Aprovechando la fuerza del agua del río Llobregat para hacer funcionar la maquinaria, se instalaron 15 colonias, hecho que supuso una gran evolución tanto económica como social en el territorio. 

Puig-reig creció espectacularmente, siendo el pueblo con más colonias textiles de todo el Berguedà al s.XX y la primera localidad de la comarca donde llegó el ferrocarril. La villa se convirtió en un núcleo de comerciantes y oficios, que ofrecían servicios y productos a los trabajadores de la industria. Nuestros antepasados, la familia Bellés, construyó una casa entre medianeras en la Calle Mayor, distintiva por su ladrillo visto. El 1916, a los bajos de la casa, se decidió abrir la tocinería de Cal Tranquil, donde se vendían embutidos elaborados al obrador situado en el patio de casa. Localizar las textiles al pie de un río comporta múltiples beneficios, como la humedad que genera el Llobregat, favorable también para la curación de nuestros embutidos CAUS.

Hoy en día, las fábricas no están activas, pero a los márgenes del Llobregat está un paisaje calmado con mucha historia. Ahora encontramos la ruta de las Colonias textiles del Llobregat, un GR de 32km paralela en el río, pasando por los municipios de Olvan, Casserres, Gironella y Puig-reig. Paséate  a pie o en bicicleta por el legado patrimonial que te transporta directamente al s.XX. Además, en la villa de Puig-reig se ubica uno de los dos museos de la época, la Colonia Vidal, una visita guiada obligada, donde conocerás el proceso de producción de la industria o cómo vivían las familias obreras en aquel contexto histórico. 

Si vienes al Berguedà, dedica un día a la ruta de las Colonias Textiles del Llobregat, revive la historia y comprende el contexto de los inicios de CAUS.